OPLA vs La Única

Después de una dura pretemporada, con dobles y triples sesiones decretadas por el cuerpo técnico tras los fiascos del Seven de San Fermín y del Memorial Iñaki Arana en La Zurriola –cuchara de madera en ambos casos– el OPLA arrancaba el pasado sábado 19 de septiembre la nueva campaña recibiendo en el miniestadio de Anoeta a los veteranos de La Única de Iruñea.

Muchas ausencias en los locales por diversos motivos, lo que llevó a organizar un partido de XIII contra XIII –se prescindió de los flankers– y a estrechar el campo cinco metros en ambas bandas. La medida causó bastantes quebraderos a algunos jugadores, en especial al zaguero de los donostiarras, Fernando, a quien el césped se le hizo pequeño para su amplia zancada, ejem, ejem…

También hubo que ajustar algunos puestos, con la presencia en la delantera de habituales de la línea, en especial el debut de Jaime como segunda línea, donde cumplió con creces.

El poderío en kilos de los navarros se hizo notar en los primeros minutos, y los verdiblancos se adelantaron en el marcador. Pero el OPLA poco a poco fue imponiendo su exquisita técnica y su fulgurante velocidad para darle la vuelta al electrónico.

Tras dos tiempos de 20 minutos y uno extra de 10 –la plantilla está físicamente fina, fina, fina y todo le parece poco– el partido terminó con el consabido empate y sin tener que lamentar lesiones de importancia.

Tras la ducha se disfrutó del tercer tiempo en la sociedad del Bera Bera, donde destacó el buen hacer de Bingen y su hijo Iñigo –un crack el chaval–, amén de la aportación de un par de pinches. Menú vegano con chorizo, morcilla, bacon y queso, regado con jugo de cebada.

Otra bonita jornada de rugby y camaradería gracias a nuestros amigos navarros. La próxima cita, el 10 de octubre frente a Les Pibalous.