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¿Pero que río es este?

2 marzo, 2018

La mañana amanece fresquita sobre el Gran Cañón. A las 7 de la mañana la temperatura es de -6°C, pero una ligera brisa hace que parezca más gélida. La idea es ver amanecer y luego ir en coche hasta el comienzo del trekking hacia el fondo del cañón, pero la desinformación ha hecho que parte del grupo desayune y otros no. Y eso ha crispado el humor de algunos. Nada grave, no llegará la sangre al río, más que nada porque queda muy abajo en el cañón, jeje.

Con algo de retraso tiramos hacia el trekking, para tomar el Kaibab Trail hacia el fondo del Cañón. El sendero, estrecho y con partes heladas, hace que algunos demuestren lo aprendido en las Olimpiadas de invierno en patinaje artístico. Mención especial para Kopi que ha logrado un 9,80 con un «spagat carpado con doble tirabuzón». Ander también lo ha intentado y un lesión por impacto en el glúteo derecho ha impedido que pudiera optar a medalla. En fin, que el sendero estaba peligrosillo y había que bajar con cuidado.

Fotos y más fotos en este espectacular paraje. El sol ya ilumina parte del cañón y la roca adquiere todas las tonalidades y colores desde el naranja hasta el ocre. El frío ya se va pasando según giramos en un recodo y quedamos fuera de las sombras.

Al final, bajamos en casi dos horas hasta un lugar llamado Skeleton Point, donde logramos divisar el río Colorado al fondo del cañón. Es momento de reponer fuerzas a base de chocolate, frutos secos y galletas. Y sin que sirva de precedente, creo que sin nada de jarabe.

Es en ese momento cuando, al que suscribe, se le ha acercado un compañero para preguntar: «Que quede entre tú y yo, pero ¿qué río es este?»

Ahora toca sudar y desandar todo lo bajado. El grupo empieza la subida a un ritmo endiablado, para poco a poco ir perdiendo elementos por cola de pelotón. Mira si seremos burros, que la subida la hemos realizado en menos tiempo que la bajada. ¡¡Ahí se demuestra la capacidad de este equipo!!

Vuelta a los coches y rumbo a Las Vegas. Son casi 4 horas de carretera y cada coche se las arregla para comer, echar gasolina o lo que sea menester. Unos se han metido un buen menú de carretera, otros han comido perritos calientes, conducir por la Ruta 66, etc.

Ya reagrupado el equipo en el Luxor Hotel, es hora de salir a conocer la parte más antigua de Las Vegas, donde los equipos que van a participar en el Seven hacen un desfile. Allí hemos flipado con la envergadura de los fijianos o el cariño que tiene la gente a los samoanos o keniatas. Y de como se lo montan los americanos, todo a lo grande. Y tras el «Parade», empieza la noche. Poco se puede contar ya que, entre jarabe, cervezas y tequilas, la noche de vuelve un poco opaca…

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